A juzgar por la cantidad de gente que se congregó para recibir el autógrafo de Julia Orayen puedo concluir que la "edecán del IFE" sigue causando revuelo entre la gente.
Esto podrá confirmarlo todo aquel que haya asistido a la caravana de la revista Playboy que fue la afortunada que lograra despojarla de sus prendas con un jugoso pago de por medio (asumo claro está), ya podrán imaginarse la escena en plana avenida insurgentes a la altura del WTC de un puesto de revistas atascado de gente, bueno, de hombres, alrededor decenas de mirones que ignoraban lo que pasaba e intentaban echar un vistazo para descubrir quién se encontraba ahí, sin duda una escena divertida pero que no duró mucho pues Julia se retiró del lugar, nada de qué preocuparse, pronto habría una firma con ella.